lunes, 23 de junio de 2014

UN PSICÓLOGO PARA EL PSOE.


El PSOE necesita un psicólogo social, o una psicoanalista que haga terapia de grupo entre sus dirigentes y les explique, que mientras se esfuerzan ganándose congresos  entre ellos mismos y disputándose liderazgos entre militantes socialistas, están muriendo. A otras fuerzas políticas incluso les ha dado tiempo a formarse y pasarles por la izquierda y por la derecha. Y es que el partido socialista se ha ido especializando en canibalizarse, y teñir con la sangre (política) de los militantes que va dejando por el camino después de las luchas intestinas, la rosa  y el puño que están cada vez más rojas. Un ejemplo para explicarme bien: comparado con los debates a muerte entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez, por el liderazgo del PSOE en Madrid, el debate entre Elena Valenciano y Cañete fue una agradable tertulia entre amigos, pactando previamente no hacerse pupas tocando los casos de corrupciones mutuas: hoy por ti y mañana por mí.

De modo que el PSOE se vampiriza a sí mismo: es su especialidad y en eso no le gana nadie. Si los escaños se concedieran por despellejarse entre militantes, el PSOE no sólo tendría mayoría absoluta, sino que habría que ponerle escaños extra en las escalinatas del Congreso.

Si UPyD fue la astilla del mismo palo que todavía hiere al PSOE, el partido de La Dama Magenta mostró que es más fácil irse del partido socialista y montarse otro chiringuito político que cambiarlo, porque en el PSOE, cambio significa llamar a Felipe González para que revitalice al partido desde su sillón de consejero en Gas Natural.

Mientras el PSOE seguía reflexionando sobre su debacle posterior a Zapatero, surgió ‘Podemos’ para evidenciar que mientras los socialistas se pelean y reflexionan es posible fundar otro partido y en 4 meses obtener más de 1 millón de votos. Pero el PSOE sigue en su eutanasia activa, que le va funcionando de maravilla.

Ahora, en el "PLAN RENOVE PSOE", después de asesinar políticamente a Carme Chacón, Pepiño Blanco y Bono andan detrás de la candidatura de Pedro Sánchez y hay un mar de fondo socialista contra Eduardo Madina, o sea, el PSOE sigue en su salsa.

 En breve el partido quedará reducido a un grupo testimonial en el congreso y entonces organizarán otro congreso para reelegir elegir a otro secretario general, —y digo secretario en masculino—, porque el PSOE sigue siendo un partido de barones, aunque haya una baronesa en Andalucía para cumplir la cuota femenina indispensable. Por suerte, hay otras opciones políticas de izquierda mucho más creíbles y sobre todo, menos corruptas, de momento. La izquierda tiene a quién votar.

Van bien en el proceso de fagocitarse y morir. Pero ni con esas, porque Rubalcaba ha muerto (políticamente) pero sigue embalsamado en Ferraz, firmando acuerdos con el PP, para dejarlo todo listo antes de su entierro en una compañía energética, porque los grandes políticos no se jubilan: pasan de políticos a consejeros millonarios.

Si en breve podremos gritar: ¡El PSOE ha muerto! será porque "Entre sus dirigentes lo mataron y él solito se va a morir".

1 comentario:

  1. Estos problemas, no obstante, lo tuvo también el PP desde 2004 a 2011. En las victorias todos son amigos.

    El problema añadido del PSOE es la gran heterogeneidad ideológica que hay en sus filas. A parte de que todavía no se definen por un proyecto español, en sentido territorial.

    Esta heterogeneidad se acentuó tras el paso de Zapatero. Cataluña divide aún más al PSOE.

    No obstante, con este Congreso el partido saldrá fortalecido, sobretodo por la prevalencia de la federación de Andalucía.

    Un saludo

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