Esta entrada tiene como objetivo, invitar a todos los ciudadanos a una reflexión:
¿Por qué hemos perdido la dignidad, que como ciudadanos nos habilita para
discernir entre el bien y el mal, entre lo aceptable y lo inaceptable? ¿Cuándo
dejamos que sentir vergüenza ante la corrupción? ¿Cómo fuimos perdiendo el
sentido común al punto de aceptar que mientras personas enfermas, dependientes y
discapacitados no tienen lo mínimo para sobrevivir, nuestros representantes políticos
se niegan a viajar en clase turista, reciben 1800€ para alojamiento teniendo
vivienda en Madrid, se les repone su iphone silo pierden, y mientras todo esto
ocurre, se le niegan 400€ a una madre con un hijo discapacitado? ¿Cómo hemos podido
llegar a esta situación?
Considero que en la celebración de la
democracia cada 4 años, en ese especie de éxtasis de “todos a votar”, perdimos
el sentido profundo de lo que eso significa. Votar a un político corrupto, a
representantes desconsiderados y ajenos a la realidad, insensibles a tus
problemas, que luego te quitarán la beca del colegio de tus hijos, que
rebajarán la pensión de tus abuelos, y que te arrebatarán todos los derechos
que diferencian a una democracia de otros sistemas que admiten todo tipo de
tropelías, te hace cómplice y rebaja a mínimos tu dignidad. Cuando les votas,
premias su desvergüenza, celebras tu futuro desempleo y tu despido improcedente,
celebras que te quiten el servicio de urgencias que no tendrás… Cada 4 años puede que no estés celebrado la democracia, sino tu ruina como trabajador y tu
desfalco como contribuyente.
No me
sorprende tanto que Bárcenas tenga 22 millones en Suiza, ni que los hijos de
Pujol prefieran llevar su dinero a Andorra o a Suiza, en billetes de 500€, en
vez de depositar sus ganancias legítimas en “La Caixa”, siguiendo la coherencia
de su sentimiento nacionalista, ni tampoco que a Fabra le toque cada mes la
lotería, ni que Ignacio González, servidor público desde siempre y en plena
crisis pueda comprarse un ático de 500m2 y 770.000€ en Marbella, para pasar
tranquilamente sus vacaciones y tomar un respiro con esas increíbles vistas, y
descansar, porque, pensándolo bien, debe ser muy estresante tanto servir y servir a los
ciudadanos de Madrid…
Llegados
a este punto, tampoco me sorprende que Durán Lleida, ilustre habitante del
Palace, cuyo partido, -Unió-, ha llegado a un acuerdo con la fiscalía y ha pagado
el dinero que le robaron a los parados por pura generosidad, porque no tuvo
nada que ver ni tiene ninguna responsabilidad en el caso Pallerols, haya sido
durante años el político más valorado de España… Todas estas anomalías ya
forman parte de mi paisaje político…
Lo que
me sorprende, es que millones de personas, sin coacción ni violencia, y
teniendo pleno conocimiento de que nada de esto puede ser normal, y que ellos
serán directamente afectados por este “estado de corrupción”, doblen una
papeleta con sus nombres, y la metan pacífica y democráticamente, por la rajita
de la urna.
¿Qué
nuevo caso de corrupción nos despertará mañana? Eso dará igual. Ya nada nos
escandaliza ni nos sorprende. Tenemos las tragaderas suficientemente anchas
como para aguantar lo que sea… y ellos, la cara bien dura para hacer lo que sea
y seguir donde siempre… y con la frente bien alta. “Sin complejos”…
Como es aquello? - El que calla consiente - ¿Como no van a tener la cara extra dura?
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