(EFE/JuanJo Martín) |
Uno de los
aspectos más graves y "extremadamente agresivos" de la reforma laboral que nos presentó recientemente el gobierno es que, a priori,
todos los despidos serán considerados “procedentes”. Si el trabajador considera
que no lo es, será el trabajador quien tendrá que recurrir a los tribunales
para demostrarlo y ahí se encontrará con los jueces… y la verdad, últimamente
esos señores jueces no nos están dando muchas alegrías. O sea, la carga de la
prueba recaerá sobre el trabajador, y también los gastos de procurador y
abogado, imagino. Luego le tocará esperar la resolución judicial, que –teniendo
en cuenta a la velocidad a la que trabaja la justicia-, quizás le llegue un mes
antes de jubilarse.
Así que
desempleado y encima, denunciando al empresario ante los tribunales. ¡Esto es
de traca!
Si a
esto le sumamos que hace pocas semanas el Ministro de Justicia ya nos advirtió
que los ciudadanos, no contentos con abusar de la sanidad, nos estábamos
acostumbrando también a abusar de la justicia, y que nos subirían las tasas
para recurrir… intentar demostrar la “improcedencia del despido” puede
costarnos bastante caro.
Y ante
la gravedad de estos cambios a ninguna de estas dos señoras que nos anunciaron
esta “sentencia laboral” se les movió una arruga. Impertérritas y sin que se
les notara ni siquiera mínimamente afligidas, nos soltaron la bomba y se fueron
muy satisfechas. Ya sabíamos que no iban a llorar, como la Ministra itailana Elsa
Fornero, cuando tuvo que anunciar a sus conciudadanos los cambios que afectarían
negativamente a tantos trabajadores. Estas baronesas del PP ni lloran, ni se
inmutan cuando tienen que anunciar los recortes.
Y el
ministro de economía tampoco llora; más bien se comporta como el niño repelente
de la clase, o como un empleado sumiso que le hace la pelota al jefe; ya le vimos cuchicheando con el comisario de Asuntos Económicos Olli Rehn, DICIÉNDOLE AL OÍDO : "TE VA A GUSTAR LA REFORMA”. ¿Se refería a esta reforma laboral que acaba de aprobar por Decreto el PP, señor de Guindos? Si es así, ese comentario sólo se puede clasificar como una "canallada".
Señor de Guindos, esta reforma probablemente le gustará
mucho a Olli Rehn, pero a nosotros no nos gusta, porque liquida derechos que fueron conquistados a sangre sudor y lágrimas, a puro dolor, porque nunca a los trabajadores se les regala nada. Esta reforma laboral es -en toda regla-, un acta de defunción de los derechos laborales. Si usted conocía el contenido de la reforma, considero una desfachatez que le dijera al comisario Rehn que le gustaría. Usted hubiera podido decírselo incluso en otro tono, pero no con ese tono frívolo, mamporrero, en fin, haciéndole "la pelota" al comisario. Son los españoles, los perjudicados por esa reforma, quienes le pagan su sueldo y a quien usted representa, señor Ministro; se merecerían algo más de usted, al menos, una actitud menos sumisa a los dictámenes de la troika europea y -si no fuera mucho pedir-, más cercana a los ciudadanos que usted representa.
Pero queda claro que todo eso a ustedes les da
igual… y me dirán -y con razón-, para eso les votaron 11.000.000 de españoles, que deben ser los únicos que a estas horas se alegran junto
a Olli Rehn de la reforma laboral “extremadamente agresiva” que nos presentaron.
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