Ante el descalabro socialista que tuvo lugar el 20N, he tenido bastante tiempo de reflexionar. En mi caso, la jornada de
reflexión fue a penas un aperitivo. El resultado de 187 escaños a favor del PP y 110 en
posesión del PSOE, constata el malestar que se había notado en la población en
general, no solo por la crisis, sino por la incapacidad casi patológica del
PSOE para explicar cada medida que tuvo que tomar y que tuvo como víctima al
ciudadano de a pie, que vio que el gobierno socialista ejecutaba las medidas
que imponía la derecha alemana. Sin complejos el PSOE ha hecho lo que tenía que
hacer y además lo explicó mal. De nada sirvió esa remodelación de gobierno
hecha para “explicarlo todo mejor”. Casi fue todo lo contrario… y es que hay
cosas que no se pueden explicar de ninguna manera, sino que sencillamente, se
hacen porque alguien que puede te lo ordena. Y eso dijo Merkel y eso hizo ZP.
De todas formas, venía observando desde hacía tiempo en el
PSOE una actitud de “autolisis”, que si fuera psiquiatra podría explicarles en
detalle; como no lo soy lo diré de forma coloquial: “el PSOE se estaba auto-destruyendo con cada medida que tomaba”. Si como proceso biológico es raro
que las células se autodestruyan, en el PSOE esta “autodestrucción política” llegó
a ser una seña de identidad. Lo raro era que lo hacían exactamente por la
misma razón que las células toman esta medida de autoexterminio: para evitar un
mal mayor; en el caso del gobierno el mal mayor a evitar era la intervención y
el posterior rescate.
Bajar el sueldo a los funcionarios y congelar las pensiones
fueron quizás las dos medidas que más tocaron a los ciudadanos; en frente un PP
“belenestebanizado”, utilizando el “discurso del pueblo”, simple, sin matices y
populista, clamaba a voz en cuello por la injusticia de ambas medidas y repetía
obstinadamente que ellos jamás hubieran hecho semejante cosa. La esquizofrenia política
salió de la Carrera de San Jerónimo y ante este drama del absurdo el ciudadano
creía ver en Rajoy a La Pasionaria y en ZP a Margaret Thatcher. Que
todo estallara era cuestión de tiempo… es decir, que llegara inevitablemente el
20N.
No sé si es más apropiado hablar de "autolisis" o de "autodestrucción programada", pero el PSOE se está matando poco a poco, como una
célula irradiada que ve en la autodestrucción su mejor final. Como último paso
en el proceso de muerte autogestionada, el PSOE acaba de indultar a un
banquero, que debe ser un ser humano muy digno y merecedor de tan excelsa
gracia; más digno que los miles de ciudadanos que tendrán que pagar sus cuitas
con el desahucio, porque nadie les indultará por los errores de cálculo
cometidos, ni por el empleo perdido. Este gesto final del indulto a este
banquero es una nota muy sonora: una especie de “mascletá socialista” a modo de
epílogo o Réquiem, y se me antoja inexplicable del todo… sólo puedo entenderla
en términos de autodestrucción.
Lo que nos queda por ver puede ser muy interesante y se me ocurren dos finales: la explosión de una especie de “supernova socialista” o la “disolución
definitiva de la célula socialista malograda” para evitar males mayores…. ¿Quién
sabe?
Esta vez jo creo q los q nos hemos castigado seamos nosotros.Jo esperaba una mayor participación hacia la izquierda,hacia i hara falta una oposición muy rigida,no me despedi de tí lo hago ahora y t sigo en tu blog.Suerte Aida.t leere. un abrazo 112graf
ResponderEliminarEspero por el bien de todos (bueno de los trajadores y sufridos ciudadanos de a pie) que el PSOE sepa recomponerse y ejercer una oposición enérgica y sensata. De lo contrario será una castástrofe, para esta generación y la venidera.
ResponderEliminarNo pretendo ser derrotista, ni contar mis batallitas, pero sí digo que recuerdo lo que se ha sufrido en este pais, para conseguir un bienestar social aceptable, y una libertad de ideas necesarias para vivir sin yugo ni sometimiento.
Esta rancia y despótica derecha que la gente ha votado solo nos traerá de nuevo miseria y dolor
Dicen que son nuevos tiempos y nuevas políticas, no lo sé pero si sé que no me gusta
Es que esa es la tragedia de la izquierda.
ResponderEliminarHace una semana leí el famoso informe sobre la democracia de la fundación Alternativas, referido al año 2010. A la hora de comentar las reformas de Zapatero, el autor las defendía como algo inevitable; y calificaba a los partidos que se opusieron a ellas de oportunistas irresponsables y demagogos. Evidentemente, la actitud del PP fue demagógica y oportunista; pero no fue el único que se opuso. ¿Cómo habría que calificar entonces a IU: conforme a sus principios de izquierda, o mera demagogia?
Según el autor, oponerse a esas reformas hubiera arrastrado a España a un desastre mayor; y puso como ejemplo a Portugal. "Sócrates propuso un programa moderado de recortes; pero la derecha, deseando desacreditar a los socialistas frente al electorado obrero, se opuso, y logró echar atrás el paquete. ¿El resultado? A los pocos meses, los ataques de los mercados pusieron a Portugal contra las cuerdas, y no tuvieron más remedio que aceptar un paquete impuesto por el FMI, con unas medidas muchísimo más dolorosas. ¿Era eso lo que quería el PP?"
Entiendo que las medidas de Zapatero y de Sócrates fueran relativamente "moderadas", y que actuasen, por decirlo así, con una pistola contra el pecho. SIn embargo, ¿a qué conclusión nos lleva esto?
El autor (que sospecho simpatizaba con la izquierda socialista, por la simpatía que mostraba por Zapatero) presenta la "flexibilización del mercado laboral", la "privatización de los servicios públicos", el desmantelamiento del Estado social, como algo inevitable en el futuro; como la única manera de crear empleo y riqueza, de frenar los ataques de los mercados. Mencionar otra alternativa, sería mera demagogia, que arrastraría a España a medidas aún peores. Describe con frialdad cómo el poder económico se ha comido el poder político, cómo la democracia es impotente frente a las grandes instituciones financieras internacionales; pero en ningún momento se rebela. ¡Un informe dirigido a evaluar la calidad de la democracia en España! El autor asume fríamente, sin ningún asomo de rebeldía o de crítica, que los que mandan son los mercados, y que los Estados deben de plegarse ante sus deseos de la misma manera que los hombres no tienen más remedio que someterse a las leyes de la naturaleza.
¿Para qué entonces los partidos de izquierda, si las únicas políticas posibles son las neoliberales? ¿Qué sentido tienen las elecciones, si no hay alternativas entre las que elegir, y los partidos que disienten actúan de manera irresponsable?
¡Es que Zapatero no tenía opciones! Pudo ser honrado. Pudo hablar abiertamente a la ciudadanía española, explicando lo que la UE exigía de él; y a continuación, dejar la decisión en manos de los españoles, convocando un referéndum o unas elecciones.
¡Los mercados se hubieran puesto nerviosos! ¡La UE exigía garantías de que las medidas se iban a aprobar! ¡Todos los ataques financieros se hubieran centrado en España y la hubieran puesto de rodillas, forzándola a un rescate, como pasó en Portugal! Puede; pero entonces, ¿qué sentido tiene la democracia?
La respuesta, la vimos hace unos meses en Grecia.
¿Qué sentido tiene evaluar, entre otras cosas, el alcance de los derechos ciudadanos, si asume como algo necesario, inevitable, que los derechos laborales y sociales tienen que sacrificarse para que la economía crezca? ¿Para qué un informe que evalúe nuestra democracia, si reconoce abiertamente que debe someterse a los mercados?
ResponderEliminarEn mi opinión, la izquierda comenzó ese proceso de autodestrucción en el momento en el que se olvidó de su internacionalismo. Por favor: desde principios del siglo XIX se sabía perfectamente que las condiciones de trabajo en un país dependían de las del vecino; que la única manera de garantizar una protección efectiva al obrero, era globalizar su lucha, globalizar sus conquistas, para evitar la puñetera competencia por abaratar costes más que el vecino. El movimiento obrero, desde el primer momento, fue internacionalista. ¿En qué momento se olvidaron de eso? ¿En qué momento los partidos de izquierda dejaron de buscar la coordinación internacional, y se limitaron a quejarse de que desde el gobierno de sus países no podían hacer nada, porque el capitalismo mundial los tenía maniatados?
Por cierto: en ese mismo informe, se explicaba que Zapatero aceptó aquel paquete de recortes a cambio de que el Banco Central Europeo comprase bonos de la deuda española, frenando así los ataques especulativo. ¿Para qué aplicar tanto recorte, si la UE no cumple su parte; si el BCE compra bonos tarde y mal, cuando el daño ya está hecho; si sus dirigentes reconocieron sin ambages que no entra en su cometido evitar esos ataques sobre Italia y España? ¡Para cuando una #EuropeanRevolution que se rebele ya contra tanta estupidez!
Lo siento, no puedo dejar de pensar que ese tipo de actitud (mejor implantar ahora unos recortes moderados para contentar a los mercados, antes que oponer algún tipo de resistencia, y al final terminar pagándolo muy caro) es idéntica a la técnica de apaciguamiento de los ingleses con la Alemania de Hitler. ¿De qué sirvió? Irlanda era el alumno favorito del FMI; obedeció sus recomendaciones sin chistar; ¿sirvió eso para apaciguar a los mercados? ¿cómo están ahora los irlandeses?
La sensación que tengo, es la de que el rescate y los recortes salvajes se van a implantar de todas maneras, tanto en Portugal como en España. La única diferencia, es la de que Portugal tuvo que asumirlas de golpe, por haber puesto algo de resistencia al principio; España las asumirá un año más tarde.
Shy, Isabel y 123 (112graf)... Muchísimas gracias por vuestros comentarios al post. Además de un gran incentivo y estímulo para mí, recojo vuestras ideas para seguir re-pensando en el futuro de la izquierda.Saludos y un abrazo.
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