La ciudad de Madrid está cada día más sucia. Este hecho
puede ser constatado en cada esquina y en cada barrio. Justamente después de la
implantación del “basurazo”, - la tasa o impuesto para tratar los residuos
urbanos-, la ciudad hunde en la cochinada cotidiana. Los ingenuos ciudadanos quizás pensamos que al instaurar
este impuesto, la ciudad estaría más limpia y los servicios de limpieza se multiplicarían,
pero ha sucedido todo lo contrario.
Hace unos años, era habitual sentir cómo los trabajadores del servicio de limpieza limpiaban las aceras con mangueras a presión, una tarea que agradecíamos mucho los ciudadanos de Madrid, ya que las aceras son los urinarios de los cientos de miles de perros que conviven con sus dueños como animales de compañía. En una ciudad donde son escasas las lluvias y donde los perros utilizan las aceras para depositar sus excrementos y orines, este servicio era crucial para evitar el hedor que se siente ahora al caminar por las calles.
Hace unos años, era habitual sentir cómo los trabajadores del servicio de limpieza limpiaban las aceras con mangueras a presión, una tarea que agradecíamos mucho los ciudadanos de Madrid, ya que las aceras son los urinarios de los cientos de miles de perros que conviven con sus dueños como animales de compañía. En una ciudad donde son escasas las lluvias y donde los perros utilizan las aceras para depositar sus excrementos y orines, este servicio era crucial para evitar el hedor que se siente ahora al caminar por las calles.
Las “motocacas” también se esfumaron. ¿Alguien ha visto recientemente una "motocaca"? No sabemos si las quitaron porque
ya no hay presupuesto para gasolina, o si les han encomendado otra tarea, pero eran antes habituales y muy necesarias para preservar la higiene en las aceras. Ante la dificultad para corregir el mal hábito de los dueños de mascotas
maleducados que dejaban los excrementos de sus animales en las aceras, las “motocacas”
nos devolvían el espacio público a los ciudadanos, que podíamos transitar nuevamente por las aceras
sin miedo a llevarnos en el zapato una caca de labrador, o husky siberiano.Pero ya no hay "motocacas".
¿DÓNDE ESTÁN LAS MOTOCACAS?
Por otro lado, los trabajadores del servicio de limpieza recogen la basura,
pero solo la que está dentro de los contenedores, y a veces, ni siquiera esa;
ya es normal ver cómo se queda parte dela basura en las aceras durante días. Quizás no hay
suficientes trabajadores o quizás han aplicado recortes también en el servicio
de limpieza a todos los niveles.
Y me pregunto, ¿En qué están empleando los millones de euros
que se recudan con el “basurazo”? ¿Por qué después de instaurar este impuesto
está la ciudad más sucia?
No nos quedará otra alternativa: rezar para que llueva y que
la lluvia se lleve al menos los excrementos y orines de los perros hacia el alcantarillado.
Con una boina de contaminación por arriba y unas aceras llenas de basura,
orines y excrementos en el suelo, los
madrileños vamos a tener que circular con máscaras para preservar nuestra salud.
…y luego dirá nuestra concejala de Medio Ambiente y
futurible alcaldesa, Ana Botella que más asfixia Zapatero o el paro….
Estos "motocacas" me fascinan. No los tienen en Boston. Lamento que las suyas desaparecieron debido a "prioridades" de presupuesto.
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