jueves, 7 de julio de 2011

TWITTER Y LA "MODERNIDAD LÍQUIDA" de Zygmunt Bauman



Sabemos muy bien los antropólogos que las sociedades complejas, a la  vez que permiten un amplio desarrollo de las distintas esferas de la vida humana, generan aislamiento, individualismo y un sentimiento de soledad interior que no es fácilmente asumible. Puede parecer contradictorio porque a la vez que el individualismo ha tenido una gran importancia en el desarrollo de la especie, facilitando la especialización, y el avance del conocimiento científico, consiguiendo grandes logros personales a costa de abandonar la tribu, nunca dejamos de ser seres sociales, miembros de nuestro grupo y deseamos profundamente sentirnos alguien para alguien. El anonimato que impera hoy en día en las megaciudades de un mundo globalizado y la salida individual como la salida más corta, directa, y eficaz a los problemas personales es un espejismo que oblitera el placer del bien común, la riqueza del flujo de ideas, el goce del "otro", y nos conduce, -finalmente- a la incertidumbre.

Ante la evidente precariedad de los diferentes sistemas que fuimos construyendo como sociedades para ayudarnos y cooperar, se ha ido implantando un modelo de ser humano que tiene un destino único e individual, que teme amar y que renuncia a la reflexión; un ser humano que prefiere el olvido a la memoria. Nadie como Zygmunt Bauman me mostró los condicionantes de esa "modernidad líquida", caracterizada por el desbordamiento de los temores; me recordó que no puede medirse la relación entre los seres humanos en términos económicos, ni en términos de coste-beneficio. 


Vivir en esta "modernidad líquida" entraña muchos riesgos, pero no representa el fin de la esperanza. Recuperar valores como la solidaridad, la complicidad y la cooperación es posible, y es una señal potente de humanidad en un mundo globalizado lleno de individuos entre los cuales los lazos de solidaridad y afecto estaban muy fragmentados.

Twitter me está enseñando y mostrando cada día que hay cientos de miles de seres humanos, -más bien millones-, que son capaces de teclear en apenas 140 caracteres un mensaje de esperanza, de apoyo y contagiar a muchos otros. Además de pulsar cada tecla desde un cómodo sillón de despacho, o desde un sofá, miles de twitter@s están dispuestos también a dejar el teclado y salir para evitar un desahucio o protestar contra cualquier forma de injusticia. También se generan y comparten ideas sobre qué hemos perdido y qué queremos recuperar, en fin, se repara el tejido social que el individualismo ha ido destruyendo y se (re)establecen las relaciones horizontales donde se mira al "otro cara cara".

No está nada mal y llega en muy buena hora esta maravillosa herramienta de "comunicación líquida".

1 comentario:

  1. Gran trabajo el de Zygmunt, no se puede ser más conciso ni estar más en lo cierto, coincido plenamente en lo tocante a twitter, es la mejor herramienta de comunicacion que haya existido nunca, y yo precisamente no llevo a dia de hoy ni dos meses tuiteando, mi intuicion me dice que este es el camino y por supuesto pienso seguirlo hasta el dia de mi muerte.
    Enhorabuena por el blog Aida.

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