lunes, 11 de julio de 2011

LOS "SACRIFICIOS AZTECAS" Y LOS “RESCATES FINANCIEROS".

De la misma forma que en los tiempos del imperio azteca  los dioses necesitaban la sangre de los humanos para vivir, los mercados hoy -en el siglo XXI-, necesitan “víctimas”  que paguen con su sangre el enriquecimiento inescrupuloso de algunos poderosos especuladores. Existen muchos paralelismos entre aquellos “sacrificios humanos” de antaño y estas “víctimas” de hoy, y también grandes diferencias.

La primera semejanza es que ambos son "actos rituales”, lo cual implica -entre muchísimas cosas-, no existe relación medios-fines y que todo lo que se manipula en el acto ritual es simbólico. Entender esto en detalle nos fascina a los antropólogos, pero no quiero aburrirles con detalles teóricos.

Hoy se anuncia que Italia puede ser la próxima “víctima” que –una vez inmolada-, siga permitiendo a los especuladores multiplicar de forma exponencial sus ingresos. Hace unos días fue Portugal, y antes Grecia. Esta "periodicidad de los sacrificios de las víctimas” tiene la mima lógica que tenían los sacrificios aztecas y que tanto horrorizaron a los primeros europeos que pisaron ese maravilloso imperio: la necesidad constante de sangre  implicaba constantemente la búsqueda de nuevas víctimas y también un nivel inasumible de crueldad.

Sin embargo, hay algunas diferencias importantes.

Los aztecas realmente creían que con la sangre de los sacrificios estaban preservando al conjunto de la sociedad de la ira de los dioses, y en una sociedad que desconocía la noción de “individuo”, la vida  de una persona no era tan valiosa, sobre todo si garantizaba la supervivencia de la colectividad. En este mundo sobredeterminado por los dioses, el calendario ritual exigía estos corazones palpitantes para postergar la destrucción del mundo. Esta era la lógica que orientaba estos actos rituales, verdaderamente cruentos.

Hoy, en el altar de la codicia de las grandes fortunas, las “víctimas” son países, sociedades enteras que –irremediablemente-, tendrán que entregar su “sangre” al mercado. La gran diferencia es que este acto ritual no se hace por el bien común; todo lo contrario, es el éxtasis del individualismo y el lucro exclusivo de una parte de la humanidad, que requiere la otra parte sea sacrificada. 
Otra diferencia importante es que esos sacrificios del siglo XXI son más asépticos, todo es muy limpio y desapasionado: no se escuchan los gritos desgarradores de las víctimas mientras les arrancan la vida. En una pantalla magnífica deplasma se observa poco a poco, como deja de latir el corazón de Grecia, Italia, Portugal y quizás  mañana España. El óbito es consumado apenas como un dibujo, una línea roja que como una gota de sangre desciende poco a poco describiendo trazos erráticos. Los gritos que se escuchan son los gritos de los brokers que siguen apostando en favor de la muerte.


Las víctimas “secundarias”, los ciudadanos y ciudadanas que perderán su empleo, los que no podrán alcanzar el nivel mínimo de ingresos que le permita mantener la dignidad, también gritarán, pero se escuchará demasiado lejos, y es esa proximidad del dolor es lo que no soportamos como seres humanos. Por eso preferimos ejecutarlos desde lejos. Pocos especuladores se atreverían a quitarles de la propia mesa el plato de comida a sus hijos, expulsarles del trabajo, echarles personalmente de sus casas. Tocar unas teclas, apostar y ganar miles de millones de dólares en unas horas mientras quiebras a una sociedad entera es mucho más limpio que arrancar un corazón todavía palpitante.


También, al igual que en el mundo azteca, hay víctimas que se auto-inmolan. El  índice de suicidios en las economías rescatadas también está aumentando de forma exponencial. La crisis económica en Grecia ha provocado que el doble de personas se haya quitado la vida en los nueve primeros meses de este año con relación al número de suicidios en todo el año 2010, según recogen los datos del Ministerio de Salud y Solidaridad Social griego. La tasa de suicidio se disparó hasta un ratio de seis por 100.000. Pero todo esto ocurre demasiado lejos y es demasiado "privado". 


Ciertamente, los sacrificios aztecas eran más cruentos. No lo voy a negar.

3 comentarios:

  1. Encuentro muy original el paralelismo que planteas. Enhorabuena¡¡¡¡

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  2. muy bueno realmente. me acordé inmediatamente de "Guaicaipuro Cuatemoc cobra la deuda a Europa”.

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  3. Buff, me han dado escalofríos, pero es la pura realidad.

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