Es normal que con 68 asesores que no
tienen siquiera el graduado escolar, Rajoy hubiera pensado que el problema de la
consulta por la independencia en Cataluña era muy sencillo: esperar hasta que el
cadáver de Artur Mas cubierto con la senyera pasara por la puerta de la Moncloa.
Este analfabetismo político es la seña de identidad de un gobierno que ante
cualquier crisis se sienta a esperar a que el tiempo lo resuelva todo.
Esta "filosofía política rajoydiana" basada en aquello de
“tiempo al tiempo”, le ha dado grandes éxitos al gobierno de Rajoy; de hecho, el presidente espera por esa vía que el caso Gürtel muera de puro aburrimiento cuando se
jubile el juez Ruz, dejando pendiente la declaración de una anciana Cospedal que -quizás en silla de ruedas y con un bolso
de Chanel- declare nuevamente sobre por qué se destruyeron los discos duros de
los ordenadores de Bárcenas, le ha salido a Rajoy esta vez por la culata del
independentismo, porque Mas no estaba tirándose un farol y hay muchos catalanes
-hartos del gobierno de España- que prefieren ser catalanes, finlandeses o
noruegos antes que “españoles de Rajoy”.
Es cierto que la Constitución puede ser
la barricada perfecta detrás de la cual se esconda “El presidente tranquilo” fumándose
un puro mientras espera que los independentistas se aburran de pedir en vano que
les dejen votar, pero no le resultará tan fácil como le está resultando
deshacerse de la corrupción que campa a sus anchas en el PP. A Rajoy le pasará
lo mismo que les pasó a quienes esperaban -cuando los musulmanes llegaron como
inmigrantes a la tierra prometida de Occidente- que con el tiempo y bajo el
éxtasis de una sociedad laica y democrática, los fieles de Alá se olvidarían de
rezar y las mujeres cambiarían el hiyab por una diadema de plástico “made in
China”, comprada en El Corte Inglés.
Es una lástima que gastando una barbaridad
del dinero de todos en un séquito de asesores, el gobierno de España y su
presidente sean tan estúpidamente
obtusos y cometan errores que se podrían subsanar con una breve lectura
antropológica sobre identidad de los pueblos…
Querida Aida aquí juegan dos posturas la perseverancia de los catalanes y la obstinación del Gobierno y mucho me temo que esa obstinación en no hacer nada y dejar pasar el tiempo va a perder frente a la perseverancia. Un saludo
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada, Aida, comparto lo que dices, la perseverancia de los catalanes, que están hartos de ser españoles, hartura que sin catalana comparto, dado que este PP reaccionario ha decidido hacer del país su particular cortijo reaccionario y carca, ganará la partida.
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