Una mujer deja flores en el árbol donde Dimitris Christoulas puso fin a su vida el miércoles 4 de abril |
Después de una “Semana horribilis”
de recortes y hachazos en los servicios públicos, la Semana Santa de 2012 se presentó lluviosa y gris. Si no fuera porque soy agnóstica diría que ni Dios
quiere salir a la calle, porque para lo que hay que ver, mejor quedarse dentro
de la capilla.
Cada ciudadano está haciendo desde
hace más de 4 años su “Vía Crucis” personal, y ya no hay quien no haya tenido
como mínimo “7 caídas”, en la “Vía Dolorosa” de los recortes.
Costaleros somos todos, pero en vez
de cargar con el paso de Nuestro Señor o Nuestra Señora, cargamos con el peso
de un futuro que se promete bastante gris, mientras nuestros representantes políticos
siguen poniendo parches para tapar el boquete que abrieron los especuladores en
la “economía de mercadeo” y por otro lado, los malos gestores del dinero de los
contribuyentes, que dilapidaron con misericordia el dinero aportado por todos los
ciudadanos a las arcas públicas.
Y en esas estamos. Algunos
ciudadanos desesperados por la situación económica y no viendo el fin de la “Vía
Dolorosa” han decidido poner fin a su sufrimiento acabando con su vida. Dimitris Christoulas, un ciudadano griego de 77
años, farmacéutico retirado y agobiado por las deudas, se pegó un tiro en
la sien y murió a escasos metros del Parlamento poco antes de las nueve de la
mañana de este miércoles; es una víctima más de los recortes salvajes que nos
exigen los mercados. Ningún
gobierno de la UE se atreve a tratar a fondo el tema del aumento exponencial de
los suicidios después que la crisis ahogara a millones de ciudadanos europeos,
que han pasado de clase media a la más abyecta pobreza, prefieren entretenernos
con reuniones absurdas de las cuales solo salen nuevos recortes.
¿Alguno
de nuestros representantes políticos se siente responsable, -o por lo menos aludido-,
por la muerte de Dimitris
Christoulas? ¿Alguien está mirando las estadísticas de suicidios producidos
después de la crisis y tomando nota? ¿Cuántos
Dimitris necesita la TROIKA para cambiar las exigencias que impone a países que
ya están empobrecidos y endeudados hasta límites inaceptables?
El lugar donde cayó Dimitris
Christoulas ya es un lugar de peregrinación, una “estación de penitencia” para la
ciudadanía europea, donde recordaremos el sacrificio de un anciano, que poniendo
fin a su vida denunció la indignidad de los poderes que nos gobiernan,
corrupción política que campa a sus anchas.
No
me extraña que si Dios existe, esté llorando junto a los ángeles y arcángeles y
toda la camarilla celestial viendo tanta ignominia, tanta crueldad, en un mundo
sin ética donde el ser humano no es lo prioritario… y por eso haya quedado “pasada por agua y lágrimas esta
Semana Santa”.
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