"A mi madre la fusilaron en 1936, con otros 27 hombres y tres mujeres". |
Escuchar
los desgarradores testimonios de los familiares de los desaparecidos por el genocidio
que cometió el régimen de Franco cuesta bastante y duele. A cualquier ser humano normal, con sentimientos,
le rompe el corazón el testimonio de María, una anciana de 81 años, relatando con entereza la
desaparición de su madre y señalando en un papel, el lugar en el que fue arrojado
su cuerpo, una joven más a quien el régimen franquista le quitó la vida. Todos los
testimonios están siendo contundentes y no dejan resquicio alguno para evitar
calificar de “GENOCIDIO” lo sucedido.
Pero duele más pensar que sólo porque un sindicato de ultraderecha, indecente e
impresentable, que no tiene el menor reparo en autodenominarse “manos limpias” acusó al juez Garzón por haberse atrevido a investigar
estos crímenes, estamos escuchando el testimonio desgarrador de estas víctimas.
La sociedad española que realizó su
impecable transición sin devolver la dignidad a estas víctimas, sin reconocer
este genocidio, sin devolver a estas personas los cuerpos de sus padres, madres
e hijos, está escuchando hoy esos
testimonios del lado más oscuro del pasado reciente de España. El resto del
mundo también está conociendo por la voz de las víctimas, las atrocidades del régimen franquista
que algunos, todavía hoy, se empeñan en defender y justificar.
Esta acusación
infame de “manos limpias” que ha llevado al juez Baltasar Garzón al banquillo,
acusación inadmisible en cualquier democracia que se respete a sí misma, está
permitiendo que se escuche a las víctimas y que estas víctimas no mueran de
olvido… ¡Qué ironía!
Imagino
que para el Juez Garzón este “hecho” no está pasando desapercibido. No es un
consuelo, pero imagino que al escuchar estos testimonios Garzón se sentirá
moralmente reforzado y se hace evidente -al menos para el resto del mundo-, la limpieza de su actuación.
Espero que
el sentido común se apodere de este tribunal y le absuelva.
Desgraciadamente sospecho que Garzón va a ser condenado para vergúenza de este País y de su Justicia. Aunque ya, con el solo hecho de ser procesado, nuestra justicia ha quedado desnuda ante la comunidad internacional. Veremos ahora si Manos Limpias o la Falange no se querella contra los testigos por falso testimonio.
ResponderEliminar