La
exministra de Sanidad, Ana Pastor, aseguró ayer que si su partido gana las
próximas elecciones derogará la actual “ley del aborto”, que está en vigor
desde julio de 2010.
Esta
supresión de la Ley actual se fundamentaría en 2 cuestiones: la ley es
“injusta” e “innecesaria”, porque “nadie la había pedido”.
Estas
declaraciones son -además de un insulto
a millones de mujeres que hemos luchado por conseguir unos estándares justos de
dignidad a igualdad-, un preludio de lo
que puede pasar en España si el PP gana con mayoría absoluta, como viene siendo
avalado por las encuestas. Esta voluntad
de derogar la Ley que expresó ayer Ana pastor no es una cuestión personal ni
una ocurrencia.
Tanto
Rajoy, como la señora Pastor, Mª Dolores de Cospedal son la avanzadilla del PP que aguarda el 21N
para comenzar a desmantelar muchos de los logros en materia social del gobierno
socialista; a través de este ataque a la
Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del embarazo, estos
miembros destacados del PP expresan su “superioridad moral” y marcan una línea
de pensamiento radical católico que no se conforman con practicar en sus vidas
privadas, sino que quieren imponérselo al resto de la sociedad, aprovechando la
mayoría absoluta que cuentan con obtener el 20N.
Esta
“superioridad moral” que exhibe el PP es idéntica a la que reprueba en África y
en tantas regiones del llamado “Tercer Mundo” el uso del preservativo,
condenando a millones de personas a contraer el VIH o directamente a la muerte
si no se pliegan a vivir en castidad, o a tener relaciones sexuales donde ,
cómo y con quien quiera y determine la iglesia católica; es la mima “superioridad moral hipócrita y
cruel” que prefiere que una niña en Honduras o en Guatemala –solo por citar dos
países- lleve a término un embarazo con 10 u 11 años, antes que permitirle la
práctica segura y legal de un aborto, ante un caso de violación.
Esta
“superioridad moral” también es “hipócrita y clasista”, porque las mujeres
ricas, con posibilidades, siempre pudieron abortar en secreto, en Londres o
Amsterdam, y al regreso continuar negándoles
a otras mujeres más pobres el derecho de abortar con la seguridad que ellas
pudieron permitirse, que pudieron “comprar”.
Señora Ana
Pastor, ¿por qué dice usted que la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de
Interrupción Voluntaria del embarazo es injusta? ¿En qué aspectos de la Ley ve usted ese punto de
iniquidad que se propone derogar?
Ni
siquiera puede usted ancorarse en las estadísticas, porque con esta Ley que
usted y su partido pretenden derogar no han aumentado los abortos, sino todo lo
contrario.
Y … ¿cómo
que nadie la había pedido?
Señora
Pastor, en España desde hace décadas, las mujeres tomaron una decisión muy
difícil y pagando un precio muy alto, en ocasiones arriesgando la propia vida:
recuperar todos los derechos que la dictadura franquista les arrebató, y gracias
a esa determinación hoy en día las mujeres tenemos el derecho de decidir sobre nuestras vidas, sobre nuestra sexualidad y sobre sus
cuerpos.
La Ley
de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del embarazo
protege y ofrece seguridad legal y sanitaria las mujeres que puedan encontrarse
en algún momento ante una de las decisiones más importantes y dolorosa de sus
vidas, pero la ley no obliga a abortar ni induce a nadie a interrumpir un
embarazo si no lo desea.
Tampoco
es una “Ley del aborto”, como ustedes insisten en denominarla, sino una Ley
integral que otorga derechos que van
más allá de la práctica legal y segura del aborto; pero ustedes prefieren
reducir todo ello a la cuestión del aborto, para menoscabar la Ley y practicar
la demagogia. Recuerde que ayer mismo su líder, Mariano Rajoy dijo claramente
que “hacer demagogia es faltarle el respeto a los ciudadanos”. Señora Ana pastor,
no les falte el respeto a millones de mujeres y hombres que exigimos y sí hemos
pedido esos derechos y libertades.
Si ustedes, los miembros del Partido Popular y los simpatizantes y votantes del Partido Popular no necesitan la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del embarazo, nadie les obligará a utilizarla, pero ni ustedes son "todos", ni los demás somos "nadie".
Hacen ustedes
muy bien en revelarnos cuáles son sus prioridades cuando lleguen al gobierno…
así los ciudadanos podemos saber a qué atenernos.
Un artículo muy acertado. Enhorabuena y ánimo"!! Imanol.
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