Nicolás…
Nicolás… espero que a estas horas te hayas dado cuenta de apelar a los bajos
fondos de las cloacas de la xenofobia y el racismo a veces, -afortunadamente-,
no da resultados.
Francia -según decías en tu bochornosa campaña-, tiene demasiados inmigrantes, pero también
tuvo demasiados de soldados de sus ex colonias combatiendo en sus ejércitos y
muriendo por La República y millones de trabajadores a bajo coste para
contribuir a la grandeza de Francia.
No tuviste
tampoco reparos en ultrajar a España, "país vecino y amigo", que se debate ante
una crisis terrible que ha dejado a millones de ciudadanos sin empleo, para
atemorizar a los franceses y socavar la reputación de España ante los buitres
especuladores de las agencias de calificación, que te escuchaban jubilosos. Caer
más bajo por arañar unos votos es imposible.
Nicolás, Travestirte de Marine Le Pen tampoco te dio resultado: te falló maquillaje y te sobró testosterona y los votantes de ultraderecha no cayeron en tus brazos. Imitando a Marine Le Pen eras una especie de Carmen Mairena de Les Champs-Élysées, pero sin estilo y sin gracia. A Carla Bruni no le llegas ni a la oreja y a Napoleón no le llegas ni a los tobillos... búscate a ti mismo a ver si encuentras tu verdadera altura.
Afortunadamente,
los franceses no non indigentes intelectuales ni borregos para dejarse engañar
por tu verborrea fétida y putrefacta. Lamentablemente, los patriotas españoles,
esos que se envuelven en la bandera a la primera tampoco tuvieron las agallas
de mandarte a callar y decirte que con “socios como tú, a los enemigos no hay
que temerles”. A ti te sobraba demagogia y mala fe y a Rajoy y su gobierno le ha
faltado dignidad y patriotismo. Ya ves…
Vete a
casa y déjanos en paz, Sarkozy. Si tienes complejos, cómprate unos zapatos con alzas o págate un psicoanalista,
pero te advierto: no crecerás ni un centímetro más. Es más, con la edad puede que decrezcas usno centímetros y puede que cuando lleves a tu hija Julia a la secundaria te saque un palmo.
La culpa no la tienen los inmigrantes… es cuestión de genética.
Genial, contudente, preciso e inteligente. Me gusta mucho, Aída
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